Un par de cosmopolitan después y ahí está,
el rubor en tu blanca faz,
la sonrisa desinhibida,
mirada chispeante, coqueta, divertida,
renuncia final del antifaz.
Mujer suave,
perfecta afrodita,
hilos de miel que bordean tu cuello,
que entrelazas con los dedos.
Labios carnosos, omóplatos desnudos...
deseo.
Shorts breves, pequeños, indiscretos.
Piel desnuda,
largas piernas radiantes, eternos manantiales...
anhelo.
Cierra los ojos amor,
adentrémonos en la noche y sus juegos.
Desliza un dedo por tus labios,
humedécelo,
sumérgelo por tu cuello hasta llegar al escote,
y juega con tus senos.
Sigue así, mientras te desnudo,
juego con tu cuerpo
con delicados rasguños te inundo.
Respiración entrecortada,
piernas que se abren,
caderas que buscan acomodo
tu cuerpo que clama sustento.
No hay más nada en este instante,
ni preocupaciones ni miedos;
solo lujuria y lascivia entre mis dedos.
Recorro tus pechos,
mi lengua, juguetea con ellos.
Sin paracaídas desciendo al abismo de tu sexo.
Gemidos,
tu espalda corvada,
una lengua en tus adentros.
Gritas, exiges, clamas,
frenéticamente necesitas ser penetrada
y sobre mi, dominante,
plantas la estocada.
No hay más tiempo para seducciones o jugueteos,
mueves las caderas,
te restriegas, te mueves, aceleras,
esta ves es en serio.
Ahora soy tuyo,
no hay mas lugar a donde pueda ir,
me tienes dentro, me posees,
Diosa en celo.
Cuatro orgasmos se suceden,
número rítmico, musical, acompasado..
En el último movimiento gritamos,
Tu sexo recibe esperma caliente,
y nos apagamos sincronizados,
-nuestro amor ha sido sincero-.
Te abrazo,
y lamo el sudor de tu espalda, de tus nalgas,
de tu cuerpo fino.
Duermes y renuncio al abrazo.
Sobre la mesilla,
agua, 7 crisantemos y un pedazo de mi alma,
testigos silenciosos,
pasión desbordada.
Me marcho, lento, extasiado y convencido:
esta noche he sido yo,
quien ha resultado poseído.
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