Podría hacer metáforas, escribir por ejemplo:
"Vuelvo como las olas,
a la sal de tu estrecho mar,
donde me hundo, asfixio y muero.
Rasguñado y sangrante -exhausto-
me liberas y puedo volver a respirar".
Alguno de esos intentos (con suerte)
podrían llegar a ser buenos o bellos.
Pero sin duda me inclino a relatar el placer
de tus frenéticas caderas ansiosas de mi miembro.
De tus pezones erectos o de las obscenidades al oído,
de los ojos en blanco, la boca entreabirta,
tu lengua jugueteando entre tus dientes y labios,
justo después de penetrarte por el ano .
Disto mucho de la erudición.
Prefiero lo simple, lo vulgar y siniestro.
Si te digo:
"Permíteme llevar a mis labios,
los pétalos de tu rosa.
llenar mis sentidos de tu aroma,
sostenerte como un tallo,
que seas música entre mis manos
e hidratarme con tu febril rocío".
¿Entenderías que soy adicto a tu sexo?
que quiero penetrarte con la lengua
y llenarme la boca de tus flujos salados,
aferrarme desesperado a tus nalgas, pechos y caderas,
arrancarte estruendosos gemidos ,
hacer que te vengas una y otra ves en múltiples orgasmos.
y quitarme la sed, lamiendo tu sudor divino.
Puede ser más "poético" más común y lindo lo primero.
lo mío es lo natural, lo salvaje.
¡Tu cuerpo y mi cuerpo fundidos en un acto lascivo, depravado y obsceno!
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